Tal vez parezca un déjà-vu
pero hace dos años, transité este mismo espacio. Desde otra mirada, desde otro
lugar, con otros tiempos y diferentes preocupaciones.
Hace un tiempo, con el rol de tutora, compartí una
experiencia inolvidable de construcción colectiva, de inspiración y de
aprendizaje potente, en palabras de Mariana Maggio. Me gustó el hacer
colaborativo entre los tutores y los participantes. Me impactó el movimiento,
recuerdo que me quedaba mirando la pantalla del padlet que había creado, para
ver cómo en minutos, se llenaba de ideas, experiencias, anécdotas y preguntas.
Recuerdo cómo miraba completarse ese mapa mundial, con nombres, lugares, fotos
y sentidos. Los foros eran imposibles de seguir porque las participaciones en
cantidad y calidad me desbordaban y me abrían la cabeza. Todavía disfruto
cuando traigo estas experiencias de nuevo a mí.
Hoy, me lo planteo como una experiencia interesante para ver
desde el otro lado. Hoy, me interpela la curiosidad de revisar mis propias
prácticas, de hacer un inside y
volver a mirar, pero con otros ojos. Cambiar los lentes y mirar de otro modo. Y
ver… ver qué pasa, ver qué me pasa y pararme de otra forma frente a mi quehacer
docente, ponerlo en cuestión, repensarlo y replantearlo. Completé mi
participación en un padlet, con una experiencia y una pregunta, una de las
tantas que tengo. Empecé a leer todos los foros y elegir dónde y cuándo
participar. Claro que el cuándo se desdibuja mientras que completo mi
participación y vuelvo al foro, otras varias se aparecieron. Hoy volví a ver el
mapa completarse, puse mi nombre, señalé mi lugar y lo doté de significado con
mi forma de ver mi espacio.
Observo primero, que la propuesta poco ha cambiado en
general, pero que la experiencia que tengo ahora es totalmente nueva. Además, mi
crecimiento en estos dos años ha sido interesante no sólo respecto de mi
implicancia en la docencia sino también en la forma en que abordo los temas de
tecnología educativa. Observo también, que me juegan otros tiempos, más
pausados, más relajados, para recorrer los espacios, para mirar los escenarios
y acercarme a ellos, abordarlos y resignificarlos para mí. Leo algunos de los
textos y de las participaciones y se me aparecen como aide-mémoire, me traen vivencias y situaciones. Me invitan a la
reflexión y ponen en cuestión algunos de mis pre-conceptos.
Así de perpleja y compleja es la educación. Ni déja-vu ni aide-mémoire. Si de construcciones se trata, esta edición de
#escenariostec es una nueva oportunidad de mirar, mirarme, volver a mirar y
cuestionarme, de aprender, resignificar, de interpelarme, profundizar y
colaborar, aprender de y con el otro, construir escenarios paralelos y glocales
de nuestros saberes y prácticas.
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